Maldito veneno que llenó mis venas y me besó el alma llena de dulzura y pasión. Maldita vereda que me llevó por la senda del futuro y la historia sin pensar en la gloria de ser yo.
Si alguna vez me olvido de ti, será un simple desvelo, que se me fue al cielo. Tu presente y en un instante, me arrebató el tiempo. La distancia es corta, si la dicha es grande, con tu presencia y tu belleza, todo es bueno.
Bendito el día, sagrada la hora que te conocí. Como el olor del jazmín, la fragancia de la rosa, tu vida me sabe a buena persona. Toda tú irradias belleza y bondad.
Ahora que me abraza la noche, y a veces me siento perdido, encuentro en el olvido, mi aliado y confesor, reino de las sombras, de la duda y el misterio. Solo pienso, que con ayuda de los otros, descubriré lo que quiero.
Estoy en vuestra casa, hogar centenario y toda ella rezuma sabor a huerta, candelabro, donde forjasteis vuestra y nuestra historia entre la cuadra, la berza y el patio. Sabor a vecindad y familia a plaza del mercado toda vuestra humildad me abruma toda vuestra vida un encanto.