Dos caras de una misma moneda, aunque sean cara y cruz, las dos tendrán siempre la misma luz. Dos árboles, dos senderos, que conducen al mismo destino, se juntarán en el camino, de la aurora de un nuevo sol. Dos historias que se escriben, con amor.
Estoy en vuestra casa, hogar centenario y toda ella rezuma sabor a huerta, candelabro, donde forjasteis vuestra y nuestra historia entre la cuadra, la berza y el patio. Sabor a vecindad y familia a plaza del mercado toda vuestra humildad me abruma toda vuestra vida un encanto.
Morena de verde luna, niña de la fuente clara, en tus ojos llevas siempre estrellas incrustadas en tu cara. Déjame que te diga, que llevas la vida en tus venas, que pronto aparecerá la luna. En la noche simpar, acuéstate tranquila, siempre habrá un mañana.
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